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10 técnicas para relativizar los problemas
Este post no es para olvidarnos de los problemas que todos tenemos. Al contrario. Pretende que te des cuenta de cuán grande es tu problema. Por eso voy a hablarte de cómo relativizar los problemas que tienes en tu día a día para que sepas si son importantes, urgentes o banales.
La palabra relativizar no significa dejar de darle importancia o querer ignorar la realidad. Etimológicamente, relativizar significa «poner en relación con otra cosa», y eso es lo que quiero transmitirte hoy.
Porque una cosa tiene que quedar clara: un mismo suceso puede ser altamente importante para una persona pero puede no significar tanto para otra. Y es que cada uno tenemos un sistema de valoración que hace que nuestras vivencias sean o no importantes para nosotros.
El problema viene cuando le damos una importancia exagerada a todos nuestros problemas y hacemos una montaña de un grano de arena. Pero, ¿cómo lo hacemos?
Esto es lo que quiero trabajar hoy. Me gustaría aportar técnicas que te ayuden a relativizar los problemas y te sirvan para tomar mejores decisiones a partir de ahora.
Empezaré desde las más light (las técnicas más suaves para relativizar los problemas) y acabaré por las más hardcore (las técnicas que te pondrán entre la espada y la pared y te ayudarán sí o sí a tomar perspectiva de la situación).
#1 Problemas del primer mundo
Esta es una expresión que me hace especial gracia y de ahí que sea la primera opción que te sugiero para aprender a relativizar.
¿Qué es un problema del primer mundo? Esta viñeta es un buen ejemplo:
Estos problemas del primer mundo pueden ser quedarse sin batería en el móvil, haberse olvidado tender la lavadora o pasarse de salida en la autovía.
Cuando alguna de esas cosas te pase, date cuenta que no todo el mundo puede tener esos problemas porque hay millones de personas en el mundo que no tienen qué comer ese día.
¿La batería del móvil? Eso puede esperar.
Date cuenta de cuándo tus problemas no son tanto problemas sino «problemas del primer mundo». Y cambia tu discurso.
#2 Qué le dirías a un amigo que tenga el mismo problema.
Es la mejor pregunta que puedes usar para relativizar los problemas y darte cuenta si estás o no exagerándolo todo. Normalmente las cosas que nos pasan a nosotros son muy urgentes, tienen una importancia capital y no pueden posponerse por nada del mundo.
Parece que el universo girara en torno a nosotros y los problemas vinieran una y otra vez. En cambio, si esos mismos problemas le pasan a tu amigo o amiga, todo se soluciona con una simple recomendación.
Pues bien, a aplicártelo desde ya.
#3 Forma parte de una de las 10 cosas que te llevarías a una isla desierta?
Muchas veces nos ponemos frenéticos porque no encontramos TAL camiseta o porque no está nuestro té favorito en la cafetería a la que hemos ido.
¿En serio es tan importante?
Si eso que te preocupa forma parte de los 10 objetos o cosas que te llevarías a una isla desierta, entonces sí te doy permiso para alterarte. Si no, déjalo estar y disfruta del momento. Ha estado bien relativizar, ¿no?
#4 Respira
Déjame contarte una metáfora.
«Había un joven que deseaba tener éxito y tener mucho dinero, fue con un gurú y le dijo:- ¡Quiero estar en el mismo nivel que tu!
Y el gurú le dijo:
– Si quieres estar al mismo nivel que yo ¡Te espero mañana en la playa!
El joven llego a la playa a las 4 am, listo para trabajar, con su ropa deportiva, con sus pantalones cortos. El gurú le agarro de la mano y le pregunto:
– ¿Cuánto deseas tener éxito?
El joven respondió:
– ¡Más que nada en el mundo!
Y el gurú lo llevo al agua. Cuando estaban en el agua, lo llevo a lo más profundo, y el joven pensó:
– ¡esto es una locura!
Entonces el joven le dijo:
– ¡Hey! yo lo que quiero es dinero, ¡no quiero aprender a nadar! ¡no quiero ser socorrista!. Yo lo que quiero es dinero y éxito.
El gurú le respondió:
– Nada más adentro, más profundo.
Y el joven volvió a pensar que el gurú estaba loco, que sabe como hacer dinero, pero esta loco.
Y le dijo:
– Ven más profundo, ¡nada más adentro! Pensé que querías tener éxito.
– ¡Si quiero!
– Entonces ven más profundo.
Cuando se acerco, le cogió de la nuca, metió su cabeza en el agua y la mantuvo ahí adentro. Lo mantuvo con la cabeza en el agua hasta que el joven estaba a punto de ahogarse, apunto de desmayarse, y entonces le dejo que sacara la cabeza.
Y el gurú le dijo:
– Tengo una pregunta ¿En qué estabas pensando cuando tenías la cabeza en el agua?
– ¡Sólo pensaba en respirar!
– Cuando tu quieras tener éxito con la misma fuerza que deseabas respirar, entonces ¡tendrás éxito!»
Date cuenta que respirar es más importante que cualquier otra cosa. Te lo dice una asmática 😉
#5 Disóciate. Imagina que estás viendo una película.
Piensa en tu situación ahora mismo como si formaras parte de una película y tu problema fuera un punto dentro del film. Ahora imagina que tú estás viendo esa película, con un personaje (que eres tú) viviendo ese problema. Como espectador, ¿consideras que la reacción de ese personaje es la adecuada? ¿Está proporcionada a la magnitud del problema?
Si viendo desde fuera tu problema, pierde sentido, es que no lo tiene. Pero si incluso habiéndote disociado, ese problema sigue quitándote el sueño, entonces pasa a las siguientes técnicas.
#6 Cuando enfermas. ¿Seguiría afectándote?
No hay nada peor que estar enfermo. El otro día lo comentaba en esta entrevista que cuando nos sentimos enfermos (febriles o con las defensas por los suelos) todos los problemas pierden importancia. Todas las «chorradas» se quedan en chorradas y sólo vemos lo que es realmente importante: la salud.
Muchas veces nos ahogamos en un vaso de agua con nuestras preocupaciones cotidianas. En ese momento, imagina que estuvieras con 40 de fiebre en la cama. ¿Te seguiría importando ese problema? Si la respuesta es negativa, no le des más tiempo a esa preocupación.
#7 Compara con otras experiencias que hayas vivido
En nuestra vida hemos pasado por muchas circunstancias, aprendizajes, situaciones, que nos han hecho ser como somos hoy en día. Si miramos hacia atrás seguro que hemos superado más obstáculos y quizá mucho más grandes que este que tenemos entre manos, pero como queda en la lejanía ni nos damos cuenta.
Pues bien, este punto es para que relativices tus problemas actuales con obstáculos pasados en tu vida. ¿Tu respuesta actual es comparable a algo que hayas vivido? ¿Has superado momentos oscuros mucho más duros? Si lo has hecho, ármate de valor y afronta lo que tengas entre manos. No podrá contigo.
Cuidado, que comparar no siempre es lo ideal, pero en este caso sí que es adecuado.
#8 Toma conciencia del Universo
Esta técnica me encanta y la utilizo muchísimo. Me apasiona la astronomía y darnos cuenta que la especie humana lleva poquísimo sobre la Tierra, que antes de nosotros han estado muchísimas más especies, o que hubo muchísimo tiempo antes de que se formara la Tierra o el sistema solar… ¿no te hace parecer pequeño?
Y ya no te digo que nuestro paso por aquí es como si fuera un suspiro para el universo. Existe un calendario cósmico «simbólico» que va del 1 de Enero al 31 de Diciembre, en el que el 1 de Enero sucede el Big Bang. Para que te hagas una idea, el planeta Tierra como tal no se forma hasta el 14 de Septiembre.
Los primeros hombres aparecerían el mismo 31 de Diciembre a las 22h…. Y para que te hagas una idea, el 31 de diciembre a las 23h 59 minutos y 59 segundos vendría a ser cuando fue el descubrimiento de América.
Imagina lo que queda hasta que tú nazcas.
Este calendario hace que te des cuenta de la fugacidad de la vida y que estamos aquí para ser felices. ¿Por qué preocuparnos y darle más importancia a algo que no la merece?
#9 ¿Qué es lo peor que te podría pasar?
En el caso de que haya algo que te angustie y te preocupe mucho en tu día a día, intenta pensar qué es lo peor que podría pasarte. Por ejemplo, imagina que te fueran a despedir del trabajo. Es muy posible que tras la angustia inicial, empieces a pensar en posibles soluciones (puede aprovechar para volver a estudiar algo que te guste más y encontrar un empleo que se adapte mejor a tu modo de ser, emprender, crear algo nuevo, etc).
Esta manera de relativizar los problemas sirve para darte cuenta que los miedos de «lo que podría pasar» no son tan grandes como habíamos imaginado.
Y si en esta pregunta, tu respuesta es «podría morir», pasa al siguiente punto.
#10 Si fueras a morir hoy…
Si la anterior técnica no te ha servido para darte cuenta de lo que desaprovechas tu vida preocupándote por problemas que no tienen importancia, a ver si con ésta técnica te convences.
Si fueras a morir hoy… ¿a qué dedicarías tus últimas horas? Supongo que ese problema que tienes entre manos es lo menos en lo que piensas. Pero toma conciencia que has tenido que ponerte al borde de la muerte para darte cuenta de lo estúpido que es preocuparte por ese problema.
Aprende a relativizar los problemas y no llegues a este punto.
¿Te han servido estas técnicas?
Me gustaría saber cuánta importancia desmedida le das a tus problemas, qué consecuencias te ha dado pensar tanto en ellos, pero sobre todo, me gustaría saber qué técnicas usas para relativizar los problemas y quitarles importancia. Entre todos ampliaremos esta lista 😉
NOTA: Si ninguna de estas técnicas te ha servido, te recomiendo fervientemente que trates tu situación con un profesional de la salud: psicólogo o psiquiatra. Realmente te ayudará 🙂