¿Alguna vez te ha pasado que has querido hablarle a alguien, pero a mitad de camino te arrepientes? ¿O que sudas frío de los nervios ante una entrevista laboral? Existen situaciones en nuestra vida en las que podemos sentir temor por la apreciación externa, y es un asunto natural. Pero cuando el Miedo al Rechazo se torna crónico y constante, es hora de detenernos a analizarlo.
En mayor o menor medida, todos experimentamos la necesidad de aprobación social, de aceptación por parte de las personas que integran nuestros entornos familiares, escolares, laborales o amistosos. Ser aceptados y valorados es parte fundamental para que podamos desarrollar nuestra autoestima, habilidades sociales y sentido de pertenencia.
Pero, ¿Cómo puedes distinguir si tu Miedo al Rechazo se ha vuelto nocivo para tu bienestar? Y especialmente, ¿Con qué herramientas psicológicas cuentas para superarlo? ¡Acompáñame y descubrámoslo juntos!
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¿Cómo distinguir si tu Miedo al Rechazo se ha vuelto crónico?
Pero la realidad es que cuando el Miedo al Rechazo no se trata tan solo de un episodio puntual, sino que empieza a manifestarse en nuestra cotidianidad, se transforma en una creencia limitante y del todo negativa.
Las personas que conviven con el Miedo al Rechazo ponen el foco de su bienestar y autoestima en el exterior. Son los demás quienes determinan la autovaloración que hacen de si mismo.
Episodios en los que estamos sometidos a «retos sociales», como entrar a un nuevo empleo o empezar en un grupo nuevo de clases de baile, son momentos en los que el Miedo al Rechazo puede aparecer. En este sentido, algunos consejos para perder la timidez, como trabajar tu lenguaje corporal y manejar un buen tono de voz, pueden serte útiles.
Pero existe el caso de personas que están constantemente atravesadas por un sentimiento de inseguridad, que les dificulta relacionarse de forma franca, abierta y segura. Suelen tener actitudes como estar todo el tiempo pendientes de las reacciones de los demás, y hacer interpretaciones (muchas veces erróneas), sobre sus formas de actuar.
Puedes escuchar acerca del miedo al rechazo en mi podcast:
Algunos de estos comportamientos pueden ayudarte a darte cuenta de si sufres de un Miedo al Rechazo que interviene negativamente en tus emociones y en tu desarrollo personal:
- Sientes que la inseguridad es una constante en tu vida, en todas las actividades que realizas.
- Tienes siempre presente la preocupación de caer bien y agradar a los demás.
- Evitas expresar tus opiniones cuando son contrarias a las de la mayoría, por temor a que te rechacen.
- Los encuentros con otras personas, y especialmente si te enfrentes a grupos grandes o nuevos, te generan sensación de ansiedad.
- Evitas situaciones en las que tu Miedo al Rechazo pueda agudizarse. Por ejemplo, manejas creencias que te impiden hablar bien en público y prefieres mantenerte bajo perfil.
- Interpretas los comportamientos de los demás, pensando siempre en que tienen ideas negativas sobre ti.
- Tratas de complacer a los demás para agradarles, aún a costa de tus propias necesidades. Esto puede derivar en fuertes problemas de autoestima.
Si te has sentido identificado con algunas de estas premisas (o conoces a alguien que concuerde con ellas) ¡sigue leyendo! El Miedo al Rechazo puede superarse con ayuda de algunas técnicas psicológicas, y por supuesto ¡mucha voluntad! Veamos algunos consejos en este sentido.
Consejos para superar el Miedo al Rechazo
Reflexiona sobre el origen
Cuando una persona en su edad adulta está marcada en su cotidianidad por el Miedo al Rechazo, un aspecto vital para superarlo en entender el momento y las situaciones en las que se generó esa creencia negativa. Piensa en tu historia de vida, en si en algún momento viviste experiencias continuadas en las que te sintieses como una persona poco valorada.
Son muchos asuntos los que pueden influir en este sentido, como el haber sufrido de acoso escolar, o falta de aceptación de tu familia, de manera directa o indirecta. También la ausencia de referentes sólidos y una educación extremadamente rígida, en la que evalúes lo que es o no aceptable a nivel social, de forma demasiado cerrada.
En todo caso, comprender cuál o cuáles son las fuentes que han hecho que ese Miedo al Rechazo permanezca y condicione tu vida adulta, es un paso fundamental para superarlo.
No pretendas agradar a todo el mundo
La principal base sobre la que se sostiene el Miedo al Rechazo, es una necesidad constante de agradar, que termina generando ansiedad. En este sentido, un punto importante para superarlo es comprender, no solo a nivel superficial, sino de manera profunda y como parte de tus creencias más auténticas, que nadie puede agradar a todo el mundo.
Ningún hombre o mujer, por más cualidades físicas, intelectuales, profesionales o sociales que tenga, puede agradar a todo el mundo. La diversidad es parte básica de la naturaleza humana, y en ella, el carácter, la personalidad y la compatibilidad, juegan un papel importante.
En este sentido, para superar el Miedo al Rechazo debemos comprender que es perfectamente natural que congeniemos más con unas personas que con otras, y que incluso por algunas sintamos desagrado. Parte del desarrollo de nuestra asertividad en las relaciones sociales, en entender que agradaremos a unas personas y a otras no, y forma parte de la normalidad.
Sólo se tu mismo
Cuando tenemos Miedo al Rechazo, limitamos nuestra propia esencia. No somos nosotros mismos, pues nos esforzamos en mostrar una faceta que resulte agradable para los demás. Hacemos el intento de amoldarnos a lo que el exterior espera de nosotros.
En este proceso, sacrificamos nuestra autenticidad y lesionamos nuestra autoestima. Lo peor es que suele resultar contraproducente, pues las personas perciben que no somos nosotros mismos.
En cada uno de nosotros vive una esencia única, llena de virtudes y matizada con defectos, que construyen nuestra identidad. Esa identidad puede agradar o desagradar a diferentes personas, y para algunas seguro que será fascinante.
Parte del trabajo de superar el Miedo al Rechazo, es tener la valentía para asumirnos y mostrarnos tal cual somos. Con nuestras mejores virtudes y también con nuestros defectos más recurrentes. Con esa suma de intereses, pasiones y emociones, que nos ayudarán a conectar con las personas con quienes en verdad somos compatibles y que nos acompañarán en nuestro desarrollo personal.
¡No supongas!
El suponer es uno de los hábitos que más alimenta nuestro Miedo al Rechazo. Para ilustrarlo, te propongo un ejemplo: Llegas al trabajo y tu compañero, con el que siempre te la llevas bien, te ha saludado de forma distante y seria. Automáticamente tu mente empieza a generar hipótesis como Ya no le agrado, Algo de mí le disgustó, Alguien le contó algo malo sobre mí…
Todas las hipótesis que puede llegar a hacer una persona con Miedo al Rechazo, suelen ser negativas. Y lo más importante, ¡falsas! Quizás esa persona solo tienen un mal día, se siente mal o no está de buen ánimo. Lo más probable es que su actitud nada tenga que ver contigo y tus suposiciones solo contribuyan a hacerte sentir inseguro y mal.
Lo mismo ocurre cuando llegas a una fiesta o reunión grupal. Sientes que todas las personas te ven, y supones que estarán criticando tu forma de vestir o tu peinado. Lo más probable es que eso esté ocurriendo solo en tu imaginación. La realidad es que cada persona tiene una estructura de pensamiento y experiencias de vida diferentes, y en la gran mayoría de los casos, no te estarán juzgando.
Aprende a combatir tu Miedo al Rechazo con relajación. Trabaja tu autoestima, actúa con confianza y comodidad y elimina de tu sistema de creencias la costumbre de suponer. Es tu propio miedo a ser rechazado lo que genera que percibas una realidad distinta a la que es. Verás que cambiando tu perspectiva, pronto empezarás a sociabilizar de manera mucho más fluida y amena.
Transforma tus pensamientos
Y cerramos este recorrido por los mejores consejos psicológicos sobre cómo superar el Miedo al Rechazo, con algo que resulta fundamental para modificar tu vida, enrumbándola hacia un bienestar más auténtico. Se trata de la necesidad de transformar tus pensamientos, tu sistema de creencias.
Si desde pequeño fuiste alimentando una autoestima débil, si durante toda la vida te has sentido una persona insegura, y si el Miedo al Rechazo condiciona tus relaciones, la única forma de dejarlo atrás es ir a lo más profundo de tu ser. A la forma en la que piensas, según tu cultura, tus experiencias de vida, tu esencia y las relaciones que has tenido hasta el momento.
Define cuáles son esos pensamientos negativos que te generan miedos, inseguridades o malestar. Luego disponte a transformarlos. En este sentido, ir al psicólogo puede ser la mejor inversión que hagas en ti mismo. Con ayuda profesional, podrás desarticular esas creencias negativas, redescubrir tu valor y asumirte como una persona única, auténtica y valiosa.
Pon esfuerzo en transformar de forma consiente esas ideas. Cada vez que te invada un pensamiento de inseguridad, o de temor a ser rechazado, recuerda algunas de las premisas que hemos visto: no supongas que las personas te evalúan negativamente, recuerda que no tienes la obligación ni la necesidad de agradar a todos, y muestra tu yo más auténtico.
Internalizando estas premisas psicológicas, redescubriéndote como persona, valorando tus cualidades y elevando tu autoestima, verás como pronto ese Miedo al Rechazo que te ha resultado tan limitante, queda en el pasado.
¿El miedo al rechazo te limita? Contáctame y hablamos.