Las emociones humanas son un espacio complejo, amplio y profundo, que determina buena parte de nuestra vida. Y la realidad es que no siempre encontramos la mejor manera de manejarlas. En esos momentos de problemas, de crisis existenciales o simplemente de estancamiento, puede ser necesario recurrir a ayuda profesional. Quizás habrás tenido la duda de qué tipo de profesional sea el que más te convenga. Hoy abordaremos las diferencias entre coaching y psicología, para que tomes la decisión más adecuada para ti.
Pero, ¿quién me va a ayudar mejor? ¿Un psicólogo o un coach? ¿Cómo saberlo? En este artículo quiero darte luz sobre esta duda y ayudarte a elegir el profesional más adecuado para ti. ¡Vamos!
Índice del artículo
Un psicólogo y un coach no son lo mismo, aunque trabajen para el bienestar de la persona
En líneas generales, son muchas las situaciones de la vida en las que podemos sentir que necesitamos ayuda. Alguien que nos escuche, que nos ayude a descubrir nuevos puntos de vista, a cuestionar nuestros pensamientos limitantes. Un profesional con experiencia que nos incentive a la reflexión y la acción o que nos acompañe en un proceso.
Desde asuntos difíciles como recuperarte de un trauma, la perdida de un ser querido o una ruptura amorosa, hasta temas más cotidianos como el exceso de estrés, todos son asuntos que pueden afectar tu estabilidad y bienestar emocional.
Quizás también vengas arrastrando desde hace días, meses o incluso años, situaciones o sistemas de creencias que han limitado tu desarrollo personal. En cualquiera de estos casos, la guía oportuna del profesional adecuado puede marcar un nuevo camino hacia tu bienestar. Pero, ¿Deberías ir al psicólogo? ¿O te convendría más buscar un coach?
Veamos los aspectos que se marcan como las principales diferencias entre coaching y psicología.
Cuáles son las diferencias entre coaching y psicología
Para hablar de las diferencias entre coaching y psicología, debemos partir de la comprensión de ambos conceptos.
La psicología es una ciencia que se enfoca en los procesos mentales del ser humano. En sus sensaciones, sus percepciones, el comportamiento que desarrolla y la forma en la que se relaciona con el entorno físico y social que le rodea.
Por su parte, el coaching es una disciplina de síntesis, un proceso de acompañamiento y aprendizaje que pone el foco y el mayor esfuerzo en las acciones y resultados. Por tanto, sus temas y tiempos de abordaje suelen ser mucho más breves y específicos.
Entre todas las diferencias entre coaching y psicología, podemos encontrar tres grandes rasgos que figuran como los más importantes. Veamos cuáles son.
Qué formación tiene un psicólogo y un coach
La psicología es una carrera universitaria, cuyos egresados están supervisados por un colegio profesional que regula sus actuaciones. Las personas que se han formado en el ejercicio de esta ciencia, tienen un conocimiento profundo sobre la mente humana y las formas en las que acciona.
El coaching por su parte es un área que no está sometida a ninguna regulación puntual. No hay criterios unificados que definan los alcances de un coach. Sin embargo, ambos formatos de trabajo tienen el único fin de ayudar al cliente o coachee a mejorar su vida.
La metodología de trabajo de cada uno
La psicología es un campo amplio, que no tiene una metodología universal. Existen diferentes escuelas, cuyo abordaje terapéutico puede ser más efectivo según cada caso. Corrientes como la terapia humanística, la Gestalt o la cognitivo-conductual son de las más comunes.
Lo que es fundamental en este sentido, es que el paciente tenga claro cómo es el abordaje en cada tipo de terapia, pues la que para algunos puede resultar muy efectiva, puede no ser la más indicada para otros.
Por su parte, el Coaching si tiene una metodología específica y concreta, que se enfoca en los resultados. En líneas generales, el trabajo del coach es mostrar un camino, un incentivo en el que la persona va descubriendo, acompañado pero por sus propios medios, esos asuntos que necesita para su evolución.
Mientras el tiempo que requiere una terapia psicológica es completamente variable y no hay generalizaciones en este sentido, el proceso de coaching es esencialmente breve. Lo más usual es que se acuerde un promedio de diez sesiones.
La profundidad del trabajo
Otra de las diferencias entre coaching y psicología es el tipo de relación que se desarrolla entre el profesional y el cliente. Ambas disciplinas buscan el bienestar de la persona, y en este sentido, el respeto, la confidencialidad, la confianza y la ausencia de juicios de valor, son ingredientes fundamentales.
Pero mientras el psicólogo apunta a aspectos más profundos, vinculados con los procesos mentales de la persona, con su sistema de creencias y las cosas que le condicionan, el coach se enfoca en asuntos más prácticos y cortoplacistas. El psicólogo trata pacientes, mientras el coach acompaña a clientes o coachees.
El término Coach migró al mundo de la salud mental, pero en su concepto más básico se refiere a un entrenador, tal como los entrenadores de los equipos deportivos. Y básicamente esta es la esencia con la que estos profesionales se vinculan con sus clientes. Apuestan a que éstos lleguen al meollo de los asuntos que les preocupan, que vayan en pos de clarificar sus objetivos de vida y que tomen acciones concretas para mejorar asuntos puntuales.
En qué casos es necesario ir a un psicólogo
La formación académica, el tipo de abordaje y el vínculo con el paciente, se cuentan entre las primordiales diferencias entre coaching y psicología. Pero, aún conociendo esto, puedes tener dudas sobre cuál es el tipo de profesional que mejores herramientas tiene para ayudarte en tu situación personal.
Y entramos en el tema de los alcances. Existen asuntos que son de exclusivo manejo de los psicólogos, y otros que, aunque pueden trabajarse en ambas disciplinas, será más adecuado tratarlos con un profesional de la salud mental.
Los psicólogos están formados y capacitados para abordar patologías inherentes a los procesos mentales de la persona. Incluso, en determinadas situaciones, sólo un psicólogo debe hacer el abordaje del caso. Veamos algunos ejemplos de situaciones en las que es necesaria la acción de un profesional de la psicología.
- Las personas que atraviesan por una vivencia difícil, que desequilibra sus emociones y les lleva a la tristeza constante, deben recurrir a la ayuda de un psicólogo. Casos con rupturas sentimentales complejas o problemas familiares, pueden desembocar en depresiones, que son trabajo exclusivo de la psicología.
- Los duelos traumáticos también son casos que deben trabajarse con un profesional de la piscología. Asuntos como la pérdida inesperada de un ser querido, las enfermedades o agonías muy largas, suelen representar una verdadera revolución de las emociones. Cuando la persona siente que no puede manejar lo que siente al respecto, es importante que busque ayuda psicológica.
- Las adicciones son otro terreno en el que los psicólogos llevan la batuta. Abusos de drogas o de alcohol en adolescentes o en adultos, deben ser trabajados desde los orígenes del problema, en terapia psicológica.
- Y por último, los casos complejos con eventos traumáticos, noticias inesperadas o el tratamiento de patologías de los procesos mentales en niños, también deben ser asistidos por un profesional de la psicología.
En qué casos te puede ayudar mejor un Coach
Como hemos visto a lo largo del post, el enfoque temporal y la profundidad están entre las principales diferencias entre coaching y psicología. Los coach son profesionales que se han formado en instituciones privadas, bajo una línea de ser entrenadores de vida.
Su enfoque apunta a ayudar a sus clientes a superar problemas o situaciones puntuales. A descubrir sus objetivos de vida y diseñar un plan de acciones para alcanzarlo. También a mejorar asuntos como su autoestima, confianza en si mismos o asertividad. Son profesionales que desarrollan grandes habilidades comunicativas, de las que hacen uso para generar motivación en sus clientes.
Las personas que tienen un problema emocional o situación de vida profunds, suelen recurrir a la ayuda psicológica. Pero en cambio, toda persona que quiera hacer una revisión o un rediseño de sus metas, superar obstáculos de su día a día y sentirse mejor consigo mismo, puede beneficiarse de la labor de coach. Veamos algunos ejemplos de casos en los que el coach puede ser el profesional más conveniente para ayudarte.
- En los casos de personas que tienen asuntos puntuales por resolver, como el miedo al rechazo o el extremo nerviosismo al hablar en público, la labor de un coach suele ser la más conveniente. El profesional atacará directamente los puntos de dolor, desmontando las creencias y ayudando a su cliente a descubrir una nueva forma de ver esos asuntos que le han parecido limitantes.
- El estancamiento profesional, la dificultad para hacerse valorar en los entornos laborales o incluso el deseo de cambiar de trabajo pero no tomar acciones al respecto, también son casos en los que el coach puede ayudar a la persona, guiándole para que distinga qué es lo que lo detiene, y pueda superarlo.
- Los problemas de comunicación en un entorno específico también se cuentan entre las áreas de acción en las que los coach ofrecen mejores resultados. Dificultades de comunicación con los superiores o compañeros de trabajo, con la pareja o con los hijos, pueden mejorarse a través de un proceso de coaching.
El resumen de las diferencias entre Coaching y Psicología podemos definirlo con un planteamiento simple: mientras la psicología busca el por qué de las cosas, el coaching se enfoca en el para qué.
Mientras la psicología va a los procesos, a lo profundo, a las bases del pensamiento de cada ser humano y a la gestión de sus emociones en momentos de crisis, el coaching apuesta al planteamiento de objetivos concretos y la resolución de obstáculos en el corto plazo.
Si sientes que pasas por una situación difícil, o que simplemente quieres darle un nuevo y mejor rumbo a tu vida, te invito a que me contactes. Como psicóloga y coach profesional, comprendo el valor de combinar los enfoques y las herramientas disponibles, adaptándolas a lo que requiere cada persona.
La salud mental y el bienestar pleno no solo es un derecho, sino también un deber que tenemos con nosotros mismos, y con el cual nos debemos comprometer. ¡Te espero!